Sigo aquí


6 noctámbulos dijeron...

Ausencia deliberada esta vez, preparando algo especial para alguien especial en algún

momento especial, ¡y me entero de que el miércoles se acaba el mundo! ¡Pues vamos listos!

Tanto esfuerzo en vano... :P Menos mal que el miércoles ya pasó y aún sigo aquí. Ya lo sé,

es un poco raro que diga que el miércoles ya pasó escribiendo el jueves con fecha de...

¿lunes? El caso es que sólo me pasaba por aquí para decir que aún existo, que no me he

desintegrado con el acelerador de partículas ése ni nada por el estilo. Esta ausencia es en

realidad señal de que las cosas van mejor de lo esperado. Así que, sin más, ¡hasta pronto!

6 noctámbulos dijeron...:

La luna oculta


2 noctámbulos dijeron...

Entrada brevísima la de hoy, pues apenas tengo tiempo para ello. Tal vez haya pensado,

dada la experiencia previa, que a éste blog le falta algo. Las Brumas del Dulce Dolor tenían

al Valle de los Versos; Hacia el Sol tenía La Rosa de Jade (que tan poco duró), y, teniendo

en cuenta que en estas entradas aún no me he enfrentado a mi más fiel adversario... pues

era obvio que no tardaría mucho en llegar ésto. Por qué la luna oculta, es muy simple en

realidad: de entre todas las noches de este insomnio eterno, aquellas en que se oculta la

luna es en las que la soledad se hace más patente, cuando ni siquiera conducir de noche me

alivia... y cuando al fin puedo enfrentarme al folio en blanco. Sólo hay una entrada, pero

supongo que ya crecerá. Espero que os guste.

2 noctámbulos dijeron...:

Grandes odiseas y momentos


4 noctámbulos dijeron...

Con permiso, o sin él puesto que ya está hecho, le tomo prestado el título a La Dulce Pena

para la entrada de hoy. Odisea lo que se dice odisea, pues no, y gran momento... más bien

penoso, pero es lo que hay. Ya dije que me iba a tomar una copa en honor a cada verdadero

amigo, ¿recordáis? Pues os diré que sólo me tomé dos, una en honor a Dreamcatcher, por

supuesto, pues siempre me ha demostrado estar ahí, incluso en la ausencia; y la otra en

honor a alguien que me pidió que no la mentase (aunque lo veo francamente difícil, guapa).

Y, por supuesto, después cogí el coche como cada vez que lo hago para desconectar, es

decir, sólo, en silencio, de noche, por carreteras de montaña y, a ser posible, por las que

nunca antes haya pasado. Así que tomé dirección a Las Ventas de Zafarraya (carretera

que sí transité una vez con anterioridad, pero bueno), que no es el camino más aconsejable

para conducir de noche. A decir verdad, no se me ocurre una carretera más desaconsejable

para hacerlo. Es un trayecto corto, 29 km, pero llegar a 50 por hora es ir como un loco, y

pasar de 60 es acabar despeñado 200 metros más abajo. El paisaje, sólo visible gracias a

que la luna brillaba con fuerza, es básicamente una tierra baldía salpicada de árboles aquí

y allá, nada interesante, la verdad.



Ya en la provincia de Granada me da por hacer uno de mis violentos giros de "mmm... sigo

recto... ¡¡no, a la izquierda!!" (alguna vez pegaré un porrazo, menos mal que a las horas a

las que conduzco sin destino fijo el tráfico es nulo y te cruzas con más conejos que coches).

Y es ahí donde la carretera se suaviza un poco y lo sorprendente es el paisaje. Tras unos 15

o 16 km no puedo evitar detenerme. A la izquierda de la carretera, coincidiendo con la cara

norte de las montañas, densas arboledas, hogar de ciertas especies de caza menor (no

reventara un coche contra el club de caza, que está al pie de la carretera >.<), impiden ver

siquiera el suelo. A la derecha, en la falda sur, sólo tierra y rocas. Ni un árbol en

centenares de metros, tan sólo amarillenta tierra infestada de grandes rocas de granito. A

la izquierda, sentirse arropado, acompañado... a la derecha, triste y sólo. Dudé, pero

finalmente me dirigí a la derecha, y me hice un hueco entre roca y roca para estirar las

piernas y llenarme de aquellas sensaciones. Miraba al fondo, al otro lado de la carretera, y

cada vez que lo hacía me atravesaba un sentimiento distinto. Envidia, pereza,

autocompasión, enfado, tristeza, soberbia, soledad...



Y así me dieron las dos de la mañana, hora a la que me llamó quien-no-quiere-

ser-nombrada para saber dónde estaba, porque no me encontraba conectado (si alguien

creyó que el título del blog era meramente casual, se equivocó). Y tras la llamada decidió

venir conmigo. Por cierto, Nuria, estás como una cabra. De entre todas las carreteras de la

provincia y aledaños, ¡tuviste que elegir justo ésa para enfrentarte a ese pánico a conducir

de noche! ¡¡Y córtate un poco, que en un mes me has pintado el coche de negro neumático

(inexplicable...), rojo ladrillo y verde "saxo"!! Pero aún así estoy orgulloso de tí ^^.



Tan pronto llegó (hora y pico más tarde), de pronto no me apetecía estar allí, ya no quería

estar del lado de la tristeza y la soledad, quería subir al otro lado, entre los árboles. En un

principio pensé que no podría subir una pendiente del 70%... luego descubriría que lo que

no podía era bajarla :P En fin... Al principio me sentí extraño en ese otro lado, más

arropado, menos solo (la vida es un triángulo; existe el lado amable de la vida, el lado

oscuro, y el lado Coca-Cola. Decididamente, el mío es el segundo), sentí que no pertenecía a

aquel lugar. Pero luego, hablando con quien-no-quiere-ser-nombrada, empecé a sentir

justo lo contrario, que era mi sino pertenecer a aquel lugar, y que, a pesar de la última

entrada, no estaría tan solo como me sentía entonces. Supe que al menos una de esas

personas a las que había nombrado, vendría. Mil gracias, Olga, por ser mi AMIGA, por

estar ahí, y por demostrarme aun sin darte cuenta que, aun oscuro, no ha menester de ser

todo negro.



El camino de vuelta -en el que a la dificultad de la carretera se suma la de la altura del sol

(estaba amaneciendo ya) fue mucho más tranquilo. Y fin de la historia :P ni que decir tiene

que luego NO me acosté, ¿ya para qué?

4 noctámbulos dijeron...:

La ausencia es la piedra de toque de los verdaderos afectos


6 noctámbulos dijeron...

No lo digo sólo yo, aunque estoy completamente de acuerdo con esa cita. Ya la dijo

Lacordaire en su tiempo, y es una de mis citas célebres favoritas. Quizás por la gran verdad

que dice, que tantas y tantas veces he podido comprobar a lo largo de estos 21 años y pico

(y, casualmente, el 100% de ellas con amistades que resultaron no encajar en esa

descripción de "verdaderos afectos"). Supongo que me lo tengo bien merecido, por

desaparecer y aparecer, si bien en una ocasión, creo que la más importante para mí, ni

siquiera fui yo quien desapareció.



A veces, en contadísimas ocasiones, encontramos a grandes personas, verdaderos amigos

con los que tenemos (o éso solemos creer) lazos que serán eternos. La distancia, las

circunstancias de la vida, o simplemente una decisión personal, puede hacernos perder el

contacto con nuestros amigos de forma temporal. Pero el que de verdad se considera

amigo de alguien siempre vuelve. Y cuando uno vuelve y los demás ya no están... ésa es la

mayor de las condenas. No quiero creer que me ha vuelto a pasar. Esta vez sentía que la

amistad sí era auténtica, quiero creer que esas amistades a las que consideré bellísimas

personas realmente lo son... pero dudo, dudo.



A Gaby... que cuando me dijiste que no pasaba nada, que nada cambiaría en nuestra

amistad, yo ya sabía que era mentira, una de esas mentirijillas para salir del paso,

creyendo que el otro se la ha tragado. No puedo enseñarte la prueba de que te

equivocabas, pues he sido yo quien intentó retomar la amistad donde estaba. La prueba la

tienes en tu interior, en el motivo (si es que lo sabes) por el que ya no me hables. No voy a

luchar por mantener las apariencias, si quieres venir aquí estoy, y si no quieres estaré

igualmente.



A Olga... de quien jamás de los jamases habría podido imaginar que me olvidarías o

pasarías de mí. Una vez más tu castillo de versos me robó las palabras adecuadas; al igual

que nunca las encuentro para decirte los sentimientos que afloran en mi interior al leer tus

poemas, tampoco las encuentro ahora, ni para agradecerte todo lo que has hecho por mí,

ni para expresar mis sentires respecto a este distanciamiento. No tengo fuerzas para

luchar, la amistad dejó de ser motivo de lucha para mí, hace mucho tiempo... quizás

cansado de luchar por una mentira.



A Covina... aún conservo ese cuadro jamás terminado que te prometí, ése del que tantas

veces hablé en las brumas sin llegar a decir nada. Aún conservo el disco que te iba a enviar

junto con el cuadro. Aún conservo los dos ejemplares, me negué a prestar siquiera, mucho

menos deshacerme de él, el que estaba destiando a tí. Te prometí la ciudad de las brumas,

te prometí que cuando estuviera terminada sería sólo para tí. Ni siquiera tu ausencia, ni la

mía, me han detenido en esa empresa, y a día de hoy está terminada... y tal como te

prometí, nadie sabía de su existencia hasta este momento, y jamás nadie la leerá. Nunca

perdí la esperanza de volver a saber de tí, tal vez porque nunca imaginé que serías tú quien

me negara el saludo después de unos meses. Me harté, me harté de soñar y me harté de

esperar. Tampoco por esta amistad lucharé ya, la espada queda ahora en tus manos, si

acaso quisieras luchar tú por ella.



Hoy me tomaré una copa en honor de cada una de esas personas a las que, hoy, aún puedo

considerar amigos. Una copa por amigo. Después cogeré el coche, como hago a veces, para

aclarar ideas, relajarme y demás. Pero no os preocupéis, que os garantizo que mañana

estaré aún aquí. Solo, pero estaré. Un brindis por todos los que se creen ser dignos de

llamarse amigos.

6 noctámbulos dijeron...:

Las lágrimas de cocodrilo no llegan tan lejos


4 noctámbulos dijeron...

El pasado domingo, 24 de agosto, un Boeing 737 de la aerolínea privada Itek-Air con unos

100 pasajeros se estrelló en la capital de Kirguistán mientras se dirigía a la ciudad de

Mashhad, en el noreste de Irán. Al parecer, el avión sufrió un fallo técnico no lejos del

aeropuerto internacional de Manás, en las afueras de la capital de Kirguistán, Bishkek,

aeropuerto de origen de dicho vuelo. Apenas transcuridos 10 minutos de vuelo el piloto

informaba de problemas en la aeronave y de su intención de regresar. Aunque diversas

fuentes ofrecen onfirmación contradictoria respecto al número de ocupantes del aparato

(unas informas de entre 83 y 90 pasajeros, otras 100, y las más fiables 120 y 123),

reuniendo información he sabido que eran 126 las personas implicadas en el accidente, 120

pasajeros según informa el aeropuerto de Bishkek, y 6 tripulantes del avión. De las 126

personas sólo se cuentan 20 supervivientes y 3 desaparecidos, lo que nos da una cifra de

103 muertos.



Ese mismo día, una avioneta Cessna Grand Caravan, perteneciente a la aerolínea

guatemalteca Aéreo Ruta Maya, sufría otro aparatoso accidente en Guatemala, dejando

un saldo de 11 muertos.



Y mi pregunta ahora es... ¿qué pasa?

¿Éstos no importan? Cuando algo

trágico sucede a las puertas de

nuestras casas, y se hace bombo

mediático del asunto, todo son

lamentos y pesadumbre que, digan

lo que digan, responde más a una

necesidad de sentirse integrados en

una macro-hipocresía colectiva que en sentirse realmente solidarizados con los familiares

de las víctimas. Ovejas bobas, donde va una van todas. Pero con las familias de Kirguistán,

Irán, China, Canadá y Turquía, que han perdido familiares en el aeropuerto internacional

de Manás, y las de Guatemala y EE.UU. que los han perdido en Guatemala... con ésas no

nos "solidarizamos", ¿verdad? "Ésos no son de aquí", piensan la mayoría. Pues, tanto unos

como otros, sean de donde sean, son simplemente seres humanos, como tú y como yo. ¿Por

qué no merecen entonces la misma atención? Cuando vemos en los telediarios las tragedias

que ocurren en diversos puntos del globo, la gran mayoría lo ve como si no tuvieran la

menor importancia. Este fin de semana han fallecido 23 personas en nuestras carreteras, y

1300 en todo el mundo sólo en actos de violencia... pero bah, lo que pasa en Irán, en Cabo

Verde, en el Líbano, en Afganistán o en Georgia, sólo por poner algunos ejemplos... ¿qué

nos importa, verdad? No es lo mismo que pase aquí o que pase allí, parece ser. Pues ya que

tan hipócritamente se finje solidaridad con las víctimas acá, finjir es sencillo, también

habría que acordarse de los de allá. O mejor aún, basta ya de finjir, que se admita ya que

importan un bledo las 154 víctimas de Madrid, las 103 de Bishkek y las 11 de Guatemala, y

que cada cual se quede sólo con esa patética psicosis emergente a coger un avión, no sea

que le pase a uno y miles de personas derramen en nuestro recuerdo lágrimas de cocodrilo.

4 noctámbulos dijeron...:

Prismas deformados


3 noctámbulos dijeron...

¿Cómo tenemos que deformar el prisma de la realidad para que, al mirar a través de él,

sólo nos veamos a nosotros mismos? Porque, realmente es difícil mirarnos a nosotros

mismos, incluso cuando hablamos de la sociedad. Todo ésto son planteamientos sueltos

que traídos por la brisa me vinieron tras el comentario de ayer de Dreamcatcher.

Hablamos de la sociedad, de la que tanto y tan malo se podría contar. Y mientras

hablamos de ella lo hacemos en tercera persona, como diciendo "yo no pertenezco a esa

clase". Y no dudo que habrá gente, entre los que no sé si me atrevo a incluírme, que tendría

derecho a decir "comparado con la sociedad que nos envuelve, soy excepcional". ¿Pero qué

pasa si no te comparas, y simplemente te observas a tí mismo? La sociedad es un asco,

hasta ahí estamos... ¿y qué hacemos cada uno de nosotros por cambiarlo? Evidentemente

no lo suficiente. Podemos intentar despertar a los que nos rodean, pero no somos

omnipotentes... y la ignorancia sí lo es.



Especial gracia me hacen los que se dejan el dinero en el cepillo de la colecta cada domingo

y luego pasan del mendigo que hay a la puerta de la iglesia. ¡Qué valientes! ¡Quieren acabar

con el hambre en el mundo y no pueden acabar con el hambre del vecino! Éso sí, el párroco

de la iglesia no bebe vino de mesa Eroski, sino un L'Ermita del 2002 (clickad aquí si no

sabéis de qué hablo). Existe quien dona dinero a las ONGs, por supuesto... yo

personalmente no lo hago. ONG significa Organización No Gubernamental, en ningún sitio

se especifica lo que el 99% de la población cree. ¿Dónde vísteis que no es una organización

lucrativa? Me he documentado mucho al respecto y, creedme, la gran mayoría de ellas no

son más que microsistemas surgidos a imagen y semejanza de la Iglesia, mayor y más

lucrativa de las empresas (la renta per cápita más alta del mundo no se encuentra en los

EE.UU, sino en el Vaticano, lo cual, teniendo en cuenta que no prestan ningún servicio

tangible a la sociedad, es más que sospechoso, ¿no creéis?). Ya haré varias entradas al

respecto de las ONGs más adelante, porque de ese tema se podría escribir un libro.



Entonces, si no podemos confiar en la Iglesia, ni tampoco en la mayoría de ONGs, y

nosotros individualmente no disponemos de gran capacidad de acción... ¿qué hacemos?

No nos engañemos. Quizás algunos estemos más concienciados con el mundo que nos

rodea de lo que lo están los demás, pero éso no cambia nada. A la hora de la verdad,

por triste que resulte, el no querer y el no poder no tienen ningún valor; lo único que de

verdad cuenta es que, en realidad, nadie hace nada.

3 noctámbulos dijeron...:

Cortes de luz para cortos de luces


3 noctámbulos dijeron...

¿Por qué sólo se va la luz las escasas veces que hay algo interesante en televisión? :P Ayer

quedé tempranito con un compañero para ver la final de baloncesto (estaba claro que

íbamos a perder, tampoco hacía falta que ayudaran a los americanitos :D), y, como no

podía ser de otro modo, hubo un corte de luz bastante largo. Se va la luz y empiezan los

comentarios de "¿y qué hacemos ahora?", como si no hubiera en el mundo otra cosa que

la televisión o el ordenador. En vez de mirar tanto a través de la pantalla, habría que mirar

más a través de la ventana o, mejor aún, salir ahí fuera y respirar aire en vez de

antimosquitos. Si quieres ver deporte, sal a hacer footing, que no hace daño a nadie (salvo

que hagas el loco y te rompas algo). Aun a riesgo de echar por tierra el sueño de mucha

gente, os diré algo, ahora que esta el mundo revuelto con las olimpiadas. El béisbol y el

softbol se caen este año del programa olímpico, por la sencilla razón de que nunca ha

ganado el oro olímpico otro país que no sea Estados Unidos. Ni que decir tiene que este

año, al menos en softbol, NO ha ganado, los americanitos son así de cachondos. ¿Qué

quiero decir con ésto? Que los españolitos seríamos imbatibles en el tumbing, y por tanto

nunca será deporte olímpico. Así que dejadlo ya, ¿vale?



Hay mucha gente que parece no saber vivir sin el televisor o el ordenador, o ambos a la vez

(después nos sorprendemos de que cada año aumente el porcentaje de población que

padece algún tipo de deficiencia visual). Quien quiera ver deporte, que quede con los

amigos y haga algún tipo de ejercicio, su salud se lo agradecerá. Quien quiera ver los

pseudo-programas de cotilleos, id a la peluquería, hacéis algo de vida social y os enteráis

de lo que se cuece en el barrio. Es infalible. Si os preocupa la climatología, ¡tan solo salid a

la calle! Ése es un error muy típico, la gente se pregunta qué temperatura hará, cuando lo

que importa realmente es la sensación térmica, y ésa nunca la dicen en ningún sitio.

En fin...



Y, sobretodo, a aquellos que quieran/queráis saber cómo está el mundo, os propongo un

juego que, si lo hacéis, comprobaréis (como yo lo hice, el viernes y el sábado) que no tiene

nada de divertido. Una noche cualquiera, bien de madrugada, daos un paseíto y os acercáis

a la parte tranquila de la ciudad. Podéis ir solos o acompañados, sin un duro o con medio

banco en la cartera, con o sin móvil... lo único que os aconsejo es que llevéis música, mucha

música, porque si no podéis quedaros dormidos y si os pillan durmiendo en la calle igual

pasáis el resto de la noche en comisaría. La noche siguiente, preferiblemente de fin de

semana, haced lo mismo, pero en dirección a los barrios más problemáticos. La

madrugada del viernes al sábado yo estuve en La Palmilla y La Merced, y las sensaciones

me las guardo para mí, a fin de que alguien haga lo mismo. No os preocupéis por la

música, si os quedáis dormidos en la calle seguro que encontráis compañía. Éso sí, lo de ir

sólo... depende de cada uno; yo lo hice, pero no pretendo que todo el mundo lo haga.

Y llevar dinero encima... lo justo para sacar el coche si lo dejaste en un parking. ¿Queréis

saber del mundo? Pues ahí lo tenéis. Pero claro, es mucho más fácil lamentarse desde un

sofá viendo el televisor, cuando no hueles ni sientes lo que de verdad sucede, y cuando esa

mano que se extiende pidiendo limosna no te está buscando a ti. Probadlo, salid ahí fuera,

que es donde está realmente la vida. Y si podeis, sólo si podéis, cuando vayais a recoger el

coche después de la segunda noche, pasad olímpicamente de esa persona de acento

africano o sudamericano que sin duda alguna os encontraréis cuando vayáis a pagar.



No os pediré más, después cada uno volverá a creerse lo que digan en los telediarios,

viendo su televisor de plasma en su sillón de relax con su cervecita y su tapita de jamón.

Más cortes de luz para los más cortos de luces, por favor.

3 noctámbulos dijeron...: